10 de marzo de 2017

OREJAS DE CARNAVAL



    En estas fechas de carnaval, siempre tenía una discusión con mi tía Loli: si son más ricas las flores o las orejas. Yo siempre quería ganar y me hartaba a hacer flores para toda la familia. Luego llegaba ella con sus orejas y yo me enfadaba. No las quería ni probar, pero al final, y a escondidas, me comía todas las que podía.
    Un día mi hijo pequeño me preguntó que por qué no hacía orejas para este carnaval, que a él le gustaban más que las flores. Y recordando mi historia me eché a reir y decidí hacerselas.
    Me costó un poco encontrar la receta apropiada (si no hubiera sido tan tonta de joven, ahora tendría una buena receta), pero al final conseguí dar con el punto de este dulce tan tradicional.


 

INGREDIENTES



  • 400 gr. harina
  • 50 gr. mantequilla 
  • 25 ml. anís
  • 50 ml. leche
  • 50 ml. agua
  • 60 gr. azúcar
  • Ralladura de limón
  • Pizca de sal fina
  • 1 huevo
  • Aceite de girasol
  • Azúcar glass



 

ELABORACIÓN



    Mezclamos bien todos los ingredientes líquidos (mantequilla derretida, huevo, leche, agua y anís), el azúcar, la ralladura de limón y la sal.
    Le vamos añadiendo poco a poco la harina tamizada, hasta conseguir una masa fácil de moldear ( no es necesario echar toda la harina). 
    Pasamos la masa a la mesa de trabajo y la amasamos bien, hasta que no se nos pegue en las manos. La dejamos reposar entre 45 y 60 minutos.
    Pasado el tiempo de reposo, vamos cogiendo trozos de masa y extendemos en la mesa con el rodillo (espolvoreamos un poco de harina en la mesa para poder trabajarla mejor), hasta dejar una capa muy fina. La cortamos en trozos desiguales y ponemos a freir en un sarten grande con abundante aceite bien caliente. Las doramos por los dos lados y sacamos a un plato con papel absorvente, para retirar el esceso de aceite. Repetimos con toda la masa.
    Pasamos las orejas a una fuente y espolvoreamos con azúcar glass.



CONSEJOS ÚTILES



    Según el tipo de harina, será neseraia más o menos. Debemos ir poco a poco hasta encontrar nuestro punto.
    Cuando el aceite esté bien caliente, bajaremos un poco el fuego, para que se nos dores bien las orejas y no se nos queme el aceite.


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