7 de noviembre de 2016

BUÑUELOS RELLENOS DE CREMA



     Estoy todo el año esperando que llegue este momento y no para celebrar Halloween, ni disfrazarme. Sino para comer BUÑUELOS.
     Sólo los como esos días, a partir del 1 de Noviembre. Ni antes ni después.
     Recuerdo, cuando era niña, que a mis padres les regalaban siempre una bandeja llena de buñuelos y huesos de santo (otro dulce típico de esta época hechos con yemas de huevo y azúcar). Y yo siempre tenía alguna excusa para pasar por la cocina y pillar un buñuelo. Claro, que cuando sacaban la bandeja para repartirlos, faltaban unos cuantos y no tenían que preguntar quién se los había comido. Mi madre ya miraba directamente para mí. Pero es que no lo podía evitar!!!
     Este año decidí hacerlos yo, con todo el riesgo que tenía el tener que tirarlo todo a la basura y no probar ni uno. Pero descubrí que son muy fáciles de hacer, sólo hay que tener un poco de paciencia. Pero merece la pena el esfuerzo.






INGREDIENTES



Para la crema pastelera:
  • 4 yemas
  • 125 gr azúcar
  • 50 gr maizena
  • 600 ml leche
  • 50 gr mantequilla
  • 1/2 ramita vainilla
  • 1 rama canela
  • Piel de limón
Para los buñuelos:
  • 25 gr mantequilla
  • 4 huevos
  • 100 ml agua
  • 100 ml leche
  • 25 gr azúcar
  • Pizca de sal
  • 130 gr harina
  • Ralladura de limón
  • Aceite de girasol
  • Mezcla de azúcar y canela


ELABORACIÓN



     Empezamos con la crema pastelera. Lavamos el limón y pelamos fino, sin mucho blanco para que no amargue. 
     Reservamos un vaso de la leche total. Calentamos el resto a fuego medio, hasta su ebullición, con las semillas de la vainilla, el limón y la canela. Dejamos reposar unos 10 minutos, para que infusione todo bien.
     Mezclamos la maizena en el vaso de leche y removemos para quitar los grumos. 
     Ponemos las yemas en un bol y batimos con el azúcar, hasta que espumee. Añadimos la leche con la maizena. Volvemos a batir. Tiene que quedar una masa homogénea. 
      Colamos la leche infusionada y la volvemos al cazo.  Calentamos a fuego medio-bajo y añadimos la crema de las yemas. La añadimos poco a poco y mezclamos con barillas, sin parar, hasta que que espese. No debe hervir en ningún momento.
     En el último momento añadimos la mantequilla, para acabar de hacerla cremosa y darle brillo. Dejamos enfriar.
     Ahora vamos con los buñuelos de viento. 
     Tamizamos la harina con un colador.
     Ponemos a fuego medio el agua y la leche, la mantequilla, la ralladura de limón, el azúcar y la sal. En cuanto empiece a hervir, lo retiramos del fuego y removemos un poco.
     Echamos la harina de una sola vez y ponemos a fuego bajo. Removemos hasta conseguir una masa homogénea, lisa y sin grumos. Nos debe quedar como una bola compacta, se tiene que despegar de la cazuela. Retiramos del fuego y dejamos templar un par de minutos.
     Añadimos los huevos de uno en uno, mezclamos bien. Hasta que no se integre el primer huevo, no añadimos otro. Así con los otros huevos.
     Ponemos una sartén con aceite de girasol a fuego medio. Con la ayuda de dos cucharas de postre, damos forma a los buñuelos que iremos friendo. Cuando veamos que están bien frito, los sacamos a un plato con papel de cocina, para que absorba el exceso de aceite.
     Con una manga pastelera de agujero fino o medio vamos rellenando los buñuelos de crema. Debemos ir despacio, notando cómo se llenan, para que no se nos rompan y se salga toda la crema.
     Para terminar se rebozan en una mezcla de azúcar con canela.


CONSEJOS ÚTILES


     Al hacer la masa de los buñuelos, hay que tener paciencia y mezclar los huevos de uno en uno. Sin prisa quedará mucho mejor.
     Con estas medidas me salieron unos 45 buñuelos. Las cucharas eran de postre y no las cargué mucho.
     Es conveniente rebozarlos para el momento de comer, sino la masa irá chupando el azúcar y  habrá que volver a rebozarlos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario